La perspectiva de vivir hasta los 120 años se acerca gracias a avances en retrasar el envejecimiento

La posibilidad de vivir hasta los 120 años, en buen estado de salud, está dejando de ser una quimera y se perfila como una aspiración alcanzable. A lo largo de la historia, los intentos por frenar el envejecimiento han sido vistos con escepticismo, pero en la actualidad, científicos ambiciosos y multimillonarios entusiastas están respaldando investigaciones que podrían revolucionar la longevidad humana.

Vivir hasta los 100 años ya no es algo insólito, pero sigue siendo excepcional. En países como Estados Unidos y Gran Bretaña, los centenarios constituyen cerca del 0,03% de la población. Sin embargo, con los recientes avances en prolongar la vida de manera saludable, alcanzar los 100 años podría convertirse en la norma y aspirar a los 120 años sería perfectamente razonable.

Lo más emocionante de estos avances es que no solo se trata de prolongar la vida, sino de garantizar años adicionales de salud. Hasta ahora, los avances se centraban en combatir las causas de la muerte, especialmente las enfermedades infecciosas, pero ahora el objetivo es frenar el propio proceso de envejecimiento y sus efectos secundarios, como la demencia.

La estrategia actual consiste en manipular procesos biológicos asociados al envejecimiento que, cuando se atenúan en animales de laboratorio, prolongan significativamente su vida. Entre estas estrategias se incluye la restricción calórica, que ha mostrado resultados positivos, aunque no es viable para la mayoría. Sin embargo, se están investigando fármacos que impactan en estas vías biológicas de manera similar, como la metformina y la rapamicina.

Otra vía prometedora es desarrollar fármacos que eliminen las células senescentes que el organismo ya no necesita, contribuyendo así a una vida más saludable en la vejez. Sin embargo, esto presenta desafíos, ya que afectar a un tipo de célula sin dañar otras es complicado. A pesar de ello, la investigación avanza y ofrece una prometedora perspectiva.

Además, los investigadores están explorando cómo rejuvenecer células y tejidos cambiando los marcadores "epigenéticos" de los cromosomas, que indican a las células qué genes deben activar. Si se logra eliminar estos marcadores, las células de un cuerpo de 20 años podrían estar presentes en un cuerpo de 65 años. Esta combinación de estrategias podría retrasar o incluso revertir el envejecimiento, según sostienen los defensores del rejuvenecimiento epigenético.

Aunque estas ideas son emocionantes, aún no se han probado en humanos. La falta de ensayos clínicos se debe, en parte, a que las agencias de aprobación de medicamentos no reconocen la vejez como una enfermedad tratable, lo que dificulta el registro de estos ensayos. Sin embargo, algunos ensayos, como el estudio TAME que sigue a 3,000 estadounidenses, están en marcha para investigar si estos fármacos realmente contribuyen a la supervivencia y mejoran la calidad de vida. Se espera que en el futuro se realicen más ensayos clínicos con el apoyo de los gobiernos.

Si estos avances se materializan, tendrán amplias ramificaciones en la sociedad. El aumento de la esperanza de vida laboral y la acumulación de capital a lo largo de los años podrían cambiar la dinámica económica y social. No obstante, también se plantean desafíos, como cómo adaptarse al envejecimiento normal del cerebro y asegurar que estos avances estén disponibles y accesibles para todos, evitando la creación de una brecha entre aquellos que pueden permitirse estos tratamientos y los que no.